La atención internacional se ha centrado este año en varios temas que han generado variadas reacciones, uno de ellos es el caso de Sakineh Mohammadi Ashtiana, una mujer Iraní condenada a lapidación por adulterio y el homicidio de su esposo.
Esta mujer, madre de dos hijos, permanece en prisión desde 2005, en mayo del año siguiente fue condenada a recibir 99 latigazos por mantener una “relación ilícita” con dos hombres.
Durante el juicio que se le realizó de los cinco jueces del tribunal dos la declararon inocente, recordando que ya había sido sometida a una condena de flagelación y que no existían más pruebas del adulterio en su contra, a pesar de esto los otros tres, dijeron que era culpable basándose en el “conocimiento del juez”, un recurso existente en la legislación iraní que le entregan a los jueces el poder de establecer la culpabilidad del acuso aún no existiendo más pruebas.
Tras este episodio el Tribunal Supremo confirmó la condena a muerte por adulterio el 27 de mayo de 2007.
Debido al acoso que recibía Mohammad Mostafaei, abogado de Sakineh Mohammadi, decidió salir de Irán e instalarse en Noruega por lo tanto la defensa de esta mujer iraní pasó a manos de Javid Houtan Kiyan, quien solicitó al Tribunal Supremo la revisión judicial de su caso.
Se piensa que la revisión fue aceptada para reducir la presión internacional que ha generado la condena. Mientras la Magistratura iraní no emita una declaración expresa anulando la lapidación Sakineh Mohammadi Ashtiani puede ser lapidada en cualquier momento.
Para entender este proceso y fenómeno no es cosa de llegar y emitir un punto de vista, es necesario adentrarse en la cultura islámica para poder emitir un juicio valórico pero con conocimiento.
Lo primero que hay que saber que la religión islámica al igual que la cristiana cree en un solo dios, en este caso Alá, quien envió a un profeta conocido como Mohammed quien plasmó las enseñanzas en su libro sagrado llamado Corán y difundió la religión dejando una herencia, como bien significa la palabra Islam, “someterse” a la voluntad de Dios que hasta hoy se observa en las tradiciones y forma de vida de los islamitas.
De esta cosmología surgen varias otras prácticas, por ejemplo la mal conocida guerra santa o Yihad, que en verdad es en masculino y tiene que ver directamente con la “guerra espiritual” que vive cada musulmán en sí mismo. En occidente solemos malinterpretar esto como los ataques terroristas u acciones armadas de otro tipo, si bien se hacen en nombre de la Yihad es para no caer o ceder a la irrestricta fe y entrega que se tiene con Alá.
Al mismo tiempo existe la Sunnah, que vendrían a ser todas las tradiciones de carácter ritual para los católicos llevadas a la religión musulmana, es decir, actos de adoración, declaraciones e incluso formas legales.
Es necesario comprender esto ya que también se debe establecer que existen dos tipos de Islamistas en la zona en que se haya el caso de Sakineh Mohammadi Ashtiani, los Sunitas y los Chiítas.
Los primeros son aquellos que creen que vino Mohammed (Mahoma) a entrar el mensaje de Alá para una venida futura de éste y que el profeta no dejó descendencia dentro del mundo, a diferencia de los Chiíta, que creen que entre ellos existe alguien que desciende directamente de Mahoma y está escondido del resto, por lo tanto no es difícil que de momento aparezca alguien reclamando el título.
El gobierno de Sebatián Piñera ha enfrentado reiteradas críticas en cuanto a forma en que maneja el plano comunicacional, siendo su principal blanco Ena von Baer.
A pesar de esto hay personas de oposición que han dado un espaldarazo a la Ministra Secretaria General de Gobierno, por ejemplo Carolina Tohá que en una entrevista hecha por Publimetro respondió ante la pregunta ¿Cómo evalúas la gestión de Ena Von Baer? lo siguiente: "Primero quiero decir que a ella le tengo simpatía, me gusta que una mujer que tiene una opción por las ideas de derecha, esté en política. Mucha gente de esa tendencia menosprecia la política y ella ha tenido una vocación, ha sido persistente, ha sido candidata. Somos tan pocas las mujeres con niños que estamos en la política que primero tenemos que valorar que estemos, que exista esa valentía de estar. Segundo, creo que ella es vocera de un Gobierno que ha tomado una serie de decisiones respecto de la manera de comunicarse con la ciudadanía que son bien complicadas, y muchas veces le toca a ella salir a explicar cosas que son difíciles de explicar. En todo caso le deseo mucha suerte. Es muy difícil ser vocero de un Gobierno cuando éste se está instalando, porque hay muchas tensiones, luchas de poder, ajustes, y al que le toca salir a dar la cara debe dar la sensación de que todo está ordenado, cuando muchas veces no lo está".
Independiente de la evaluación de Ena otros temas han encendido el debate no sólo los medios de comunicación si no que también en redes sociales como Twister, uno de estos casos han sido por ejemplo las declaraciones de la Vice-Presidenta de la JUNJI, Ximena Ossandón, en la discusión sobre la extensión de las jornadas en jardines infantiles que expresó: “Cuando la mamá pueda estar con su niño, que esté, pero cuando la mamá decida irse a tomar, ir a la playa o a tomar un café con una amiga dejando al niño en nuestras salas, eso es lo que nosotros tenemos que evitar porque no hay ningún estudio en el mundo que diga que el niño está mejor en una institución que con su familia”. Ante esta declaración muchas madres criticaron la visión que tiene Ossandón, madre de nueve hijos y Opus Dei y que además ha emplazado una virgen enorme a la entrada de la institución.
El Gobierno intentó desvincularse de estas declaraciones y la Vice-Presidenta debido a las reacciones tuvo que salir a pedir perdón y expresar que la forma en que se expresó no correspondía, incluso que fue mal entendida.
Otro episodio fue el que se vivió tras la publicación de una minuta del Sernam que hablaba sobre la abstención sexual de los jóvenes para llegar vírgenes al matrimonio. Al igual que lo ocurrido con la JUNJI las reacciones tardaron poco en exponerse.
A diferencia de Ximena Ossandón, Carolina Shmidt del Sernam explicó que la decisión era personal y que no se podía obligar a nadie a llevar un tipo de vida distinto, esto fue al mismo tiempo un acierto que hizo olvidar rápidamente el incidente.
Otros emblemáticos y mediáticos problemas que ha enfrentado el incipiente gobierno de Piñera fueron los “enredos de lengua” que tuvo el presidente al momento de hablar del terremoto y posterior tsunami, el “Tusunami” o el “Marepoto” fueron las dos palabras perfectas para que llovieran canciones y un sin fin de frases cómicas.
A pesar de estas caídas comunicacionales, la mediatización que ha alcanzado la tragedia de los 33 mineros de la mina San José, y las reiteradas cifras azules en el plano económico han hecho que los antiguos flancos de ataque a la “Nueva Forma de Gobernar” comiencen a pasar al olvido, de todas formas hay que tener en claro que ante un gobierno que viene a reformar un paradigma al cual Chile estaba acostumbrado a vivir por casi 20 años, muchos temas serán el blanco de las discusiones.
Cuando las tragedias pasan todos tenemos buenas intenciones y somos los defensores de las víctimas. Hace una semana que todos los chilenos – o la gran mayoría- hemos estado pendientes de la situación de 33 mineros producto de un derrumbe en la mina San José, de la Minera San Esteban, a más de 30 kms. de Copiapó.
A raíz de esta situación, ampliamente cubierta en medios televisivos, radiales y escritos, muchos políticos han manifestado su voluntad por asegurar mejoras en la calidad de los trabajadores mineros.
La situación actual es compleja, pero ya hace bastantes años que la Minera San Esteban era blanco de quejas por parte de sus trabajadores. En la página de la revista Área Minera figura una reportaje que habla de las quejas de 2007 sobre negligencias, que involucraban también a la Corte de Apelaciones y el Sernageomin (Servicio Nacional de Geología y Minería) a causa de la muerte de tres personas durante la faena.
Como se comenta en el reportaje, en un comunicado de prensa se dice que “el accidente ocurrido el 30 de noviembre recién pasado, en donde falleció Fernando Contreras, “bajo ningún punto de vista lo calificamos de fortuito, puesto que el SERNAGEOMIN y las autoridades de gobierno estaban al tanto de las precarias condiciones de seguridad en que se estaban desarrollando las faenas de explotación".
Tras varios meses de discusiones y denuncias durante 2007, los trabajadores tambien comentan que la Corte de Apelaciones "basados en argumentos técnicos, permitieron que los trabajadores [...] siguiéramos trabajando en las minas San José y San Antonio, no acogiendo el recurso de protección que formulamos pidiendo el cierre de las minas antes mencionadas".
Hoy la noticia fue que el presidente Sebastián Piñera pidió la renuncia de los máximos directivos del Sernageomin. El director del Servicio nacional de Geología, y Minería, Alejandro Vio, al subdirector de Minería, Exequiel Llanes y al director regional de la entidad en Atacama, Rodolfo Díaz.
Todos ellos hicieron caso omiso de las peticiones elevadas por los trabajadores de la mina San José y San Antonio debido al accidente del 30 de noviembre de 2007 expresando que "al SERNAGEOMIN le recalcamos: Es su responsabilidad el fiscalizar que las faenas mineras cumplan las normativas que dispone el decreto Nº 72 de Seguridad Minera. Si no es capaz de hacerlo acatar, ponemos en duda la utilidad de ese servicio".
Son muchos los políticos que han tratado de tomar la situación como medio de propaganda para demostrar en un afán desesperado su compromiso con las personas y las familias afectadas. Sin embargo, como queda demostrado anteriormente, los mismos trabajadores pedían el cierre definitivo de la mina, y por conflictos de interés económico por muchos años no se realizó ningún esfuerzo por tomar medidas.
El senador Ps Fulvio Rossi hace un par de días manifestó su interés por sancionar con cárcel a las empresas que no entreguen medidas de seguridad higiene a sus empleados. Además recalcó que "no hay herramientas de fiscalización suficientes y hacemos un llamado a los Ministerios de Trabajo y de Salud para mejorar la salud ocupacional, para que se coordinen y eviten catástrofes como las que lamentamos hoy en Copiapó. Vamos a legislar para que las sanciones sean más duras para las empresas, ya que hoy resultan irrisorias y no ejercen un efecto inhibidor para que cumplan con la normativa relacionada con la salud ocupacional y los derechos de los trabajadores”.
Cabe hacerse la pregunta de por qué se piden estas cosas o se manifiestan siendo que durante 20 años de gobierno de su coalición no se hizo nada por cambiar el sistema.
El senador Guido Girardi, explicó que "lo que corresponde es establecer medidas permanentes para que no se repitan accidentes tan lamentables en faenas mineras. Todos los años mueren trabajadores, producto de accidentes en minas y nos hemos dado cuenta que muchas veces se originan en negligencias de la empresa".
Si se han dado cuenta, por qué no se han tomado medidas a tiempo.
En el caso del PC, el diputado Lautaro Carmona, afirmó que la tragedia ocurrida en Copiapó se pudo haber evitado, añadiendo que si en Chile importara más la vida de los trabajadores no se permitiría el funcionamiento de ninguna mina que no garantice todas las medidas de seguridad para la prevención de riesgos.
El Diputado Carmona tuvo una reunión con el Ministro de Minería, Laurence Golborne hace algún tiempo para manifestar los problemas que tenían los mineros de Atacama abocándose exclusivamente a la huelga en Coemin. Sin embargo, el dirigente sindical Javier Castillo comentó a distintos medios que el tema de la mina San José se había advertido en la ocasión.
Con motivo de investigar las responsabilidades del accidente, muchas personas plantearon la creación de una comisión investigadora. La DC planteó su apoyo y otros partidos también lo hicieron.
El martes fue aprobada por unanimidad en la Cámara de Diputados, lo que hizo que la Presidenta de la Cámara se trasladara hasta la mina San José comentando que la finalidad de esta comisión es investigar el proceso en el que se decidió cerrar la mina y luego su apertura; fiscalizar a las instituciones públicas que tienen que ver con el sistema de faenas mineras; y fortalecer al Estado en cuanto a la fiscalización de estos trabajos en el país.
Con respecto a las visitas hasta el lugar de la tragedia se han realizado bastantes comentarios, como por ejemplo que la postergación de la gira internacional de Sebastián Piñera es una forma de desviar los resultados obtenidos en la encuesta Adirmark, y otros comentan que si lo hubiese hecho Michelle Bachelet lo hubiese hecho se hubiese tomado como algo tierno y destacable, en fin no hay que quedarse con los comentarios.
La situación también ha dejado la descubierto que el foco está puesto en la gran minería, dejando de lado a la pequeña y mediana donde existe lo que llaman los “golondrina” que se caracterizan por tener poca experiencia y por pagar sueldos llamativos, pero sin ningún tipo de previsión o salud, como dice el presidente de la Asociación Minera de Copiapó, Eduardo Catalano.
La Empresa Nacional de Minería por medio de su vicepresidente, explicó que la situación sirve para que los organismos encargados de fiscalizar reciban mayor aporte estatal, ya que el Ministro de Minería y el subsecretario ya habían detectado que el Sernageomin tenía un presupuesto que no se condecía con las necesidades que presenta el sector. Esto quedó claro cuando se supo que para la Región de Atacama existían sólo dos fiscalizadores siendo que el volumen de faenas es significativo.
La desdicha que se vive hoy por el “Caso Mineros” ha hecho que el presidente haga una referencia a la seguridad laboral y la necesidad de legislar de forma rápida sobre el asunto, sin embargo, este tema en nuestro país debería estar siempre en debate y en búsqueda de mejorar las situaciones no sólo en la minería sino que en todo plano.